La generación del 27

Con el término Generación del 27 se conoce generalmente a una constelación principalmente de poetas españoles del siglo XX que se dio a conocer en el panorama cultural alrededor del año 1927, con motivo del homenaje a Luis de Góngora organizado en 1927 por José María Romero Martínez en el Ateneo de Sevilla por el tercer centenario de su muerte, en el que participaron muchos de sus miembros más conocidos, dentro de la llamada "Edad de Plata" de la literatura española, época en que coincidieron en plena producción durante la Segunda República esta brillante promoción junto a otras dos no menos brillantes: Generación del 98 y Novecentismo; la sublevación militar de la Guerra Civil dispersó y desbarató esta constelación.

Hay, por parte de los expertos, cierta polémica sobre si debe considerarse o no como generación a este grupo de autores, puesto que según uno de sus miembros, Pedro Salinas, los integrantes del mismo no cumplen los criterios que Julius Petersen asigna al concepto historiográfico de "Generación":
  • Nacimiento en años poco distantes
  • Formación intelectual semejante
  • Relaciones personales entre ellos
  • Participación en actos colectivos propios
  • Existencia de un “acontecimiento generacional” que aglutine sus voluntades
  • Presencia de un “guía”
  • Rasgos comunes de estilo (“lenguaje generacional”)
  • Anquilosamiento de la generación anterior
Realmente parece difícil ver un patrón tan claro en el heterogéneo grupo de autores que podrían encuadrarse en la denominada "Generación del 27". Si bien es cierto que el nacimiento de la mayoría se sitúa en un lapso que no rebasa los 15 años, no todos los autores nacidos entonces se han considerado miembros del grupo. La mayoría posee una sólida formación universitaria; pero no hubo un guía claro, aunque al principio se dejaran ayudar por Juan Ramón Jiménez, ni tampoco un lenguaje generacional, ya que todos ejercieron estéticas de la Vanguardia artística no renunciaron a la tradición literaria culta (Siglo de Oro) ni popular (neopopularismo); además atravesaron distintas etapas, si bien una bastante común y muy definitoria fue la surrealista.

Aunque se podría considerar "acontecimiento generacional" el acto de reivindicación del segundo periodo de creación, el culterano, de Luis de Góngora, comúnmente rechazado por la crítica oficial, en el Ateneo de Sevilla, no se levantan con firmeza contra generaciones anteriores ni estas se hallaban anquilosadas: son una generación "cumulativa", que asume los logros de las anteriores, y todas ellas, las de la Edad de Plata, reaccionaban en el fondo contra una sola: la decimonónica y falsa del turnismo de partidos y de la Restauración contra las que se levantó también el Krausismo, la Institución Libre de Enseñanza y el Regeneracionismo, de los que se sienten herederos. En cuanto a si existieron relaciones personales entre ellos, las hubo, incluso de profunda amistad al menos entre los que residieron en la misma zona y frecuentaron lugares como la Residencia de Estudiantes, el Centro de Estudios Históricos y las redacciones de revistas como la La Gaceta Literaria, Cruz y Raya, Revista de Occidente y Litoral, entre otras, lo cual les hace tener una conciencia colectiva unida por experiencias comunes y propias definidas al cabo por la positiva de la República y las negativas de la Guerra Civil y los exilios exterior e interior.

En consecuencia la crítica afirma que se trata más bien un "grupo generacional", una "constelación" o "promoción" de autores, pese a lo cual ha terminado admitiéndose la designación de Generación del 27, pese a existir otras propuestas como: Generación Guillén-Lorca; Generación de 1925 (media aritmética de la fecha de publicación del primer libro de cada autor); Generación de las Vanguardias; Generación de la amistad; Generación de la Dictadura; Generación de la República, etc.

Dentro de este grupo de literatos podemos destacar a los siguientes poetas: Jorge Guillén, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados; hay autores que también incluyen a Miguel Hernández en la lista. Hubo también novelistas, ensayistas y dramaturgos, que pertenecen a la Generación del 27, entre ellos Max Aub, Fernando Villalón, José Moreno Villa o León Felipe.

Por demás habría que tener en cuenta a los autores olvidados por la crítica, como ocurre con la mayoría de las mujeres de este grupo, diez compañeras de la Generación del 27 en el Lyceum Club Femenino y conocidas generalmente como "Las sinsombrero": Concha Méndez-Cuesta, poeta y escritora de teatro; María Teresa León, escritora; Ernestina de Champourcín, poeta; Rosa Chacel, poeta, novelista, ensayista, traductora…; Josefina de la Torre, poeta, novelista, cantante lírica y actriz; María Zambrano, filósofa y ensayista; y las artistas Margarita Gil Roësset, Margarita Manso, Maruja Mallo y Ángeles Santos, a las que hay que añadir a Remedios Varo Algo semejante cabe afirmar del Lyceum Club de Barcelona

La mayoría de estos autores, principalmente líricos, entraron en contacto con la tradición literaria a través del Centro de Estudios Históricos dirigido por el padre de la filología española, Ramón Menéndez Pidal, y con las vanguardias a través de los viajes, la divulgación llevada a cabo por Ramón Gómez de la Serna y otros novecentistas y, sobre todo, las actividades y conferencias programadas por la Residencia de Estudiantes, institución inspirada en el krausismo de la Institución Libre de Enseñanza y dirigida por Alberto Jiménez Fraud.