La revolución mexicana:
El dictador Porfirio Díaz y el candidato Madero (1910):
Se había hecho con el poder en 1876 con el apoyo de los militares. Durante su dictadura los campesinos y los indios fueron despojados de sus propiedades y derechos, y acabaron en una situación de miseria. Desde 1900 un grupo de liberales cuestionan el régimen a través de sus críticas en el periódico Regeneración, y las censuras se suceden hasta 1906, fecha del programa de los hermanos Flores Magón, figuras de la pequeña burguesía radical. Su manifiesto es una dura crítica a la dictadura porfirista y al poder clerical, proclama la implantación de un régimen democrático que garantice las libertades y propone una mejora de la situación laboral, con jornada de ocho horas, igual salario por igual trabajo y descanso dominical. Inspirado en las ideas de Proudhon y Bakunin, aboga por la acción anarquista contra la dictadura y destaca que el pueblo debe dirigir la lucha, para evitar que la revolución sea utilizada por nuevos explotadores.
Las manifestaciones en las minas de cobre de Cananea (1906) y la textil de Río Blanco (1907), ante las durísimas condiciones de trabajo, son severamente reprimidas. Las jornadas agotadoras por un salario de miseria extienden el ideal revolucionario del Partido Liberal. Llegadas las elecciones del 27 de junio, Díaz se presenta y resulta elegido tras un claro fraude electoral. El dictador se había presentado al ver el fuerte tirón popular del candidato antirreelecionista Madero, apóstol de la democracia que pese a pertenecer a un de las diez familias más ricas ha recorrido el país divulgando el evangelio del sufragio efectivo. Es el representante de los liberales moderados, partidarios de iniciar un cambio social y político. Había anunciado el Plan de San Luis Potosí, un programa de acción política y social que se propone instaurar los derechos democráticos y terminar con la explotación de los indios, los campesinos y los trabajadores.
Madero es encarcelado como medida preventiva el 6 de junio. El movimiento burgués-liberal recibe el apoyo de Villa y Zapata. La intensificación de la guerra civil fuerza a Díaz a retirarse el 25 de mayo de 1911. Las luchas continúan después del triunfo de la revolución. El país se sumerge en el caos y extensas zonas son controladas por diferentes bandas.